La rinofaringitis es la infección más banal de la primera infancia. Se trata de una enfermedad de adaptación y se ve favorecida por diversos factores que conviene conocer en detalle para disminuir la frecuencia en la población y las recidivas en una misma persona. Esta infección vírica carece de gravedad siempre que no se presente en su forma complicada o crónica. Su tratamiento consiste sobre todo en el lavado de las fosas nasales con suero fisiológico, la evitación (cuando sea posible) de los factores de riesgo) y la adenoidectomía, cuyas indicaciones están bien definidas.